Porque estudio etnología

¿Por qué decidí estudiar etnología?
Permítame presentarle una cita del grandioso Fausto de Goethe, que descubrí en el Museum am Rothenbaum, el Museo etnológico en Hamburgo:

”El hombre es desigual, desigual son las horas“

– Fausto II, verso 5372 (primer acto, las jardineras/sala amplia); Habla Megera, una de las Furias.

La primera parte de la frase

¿Qué hace este dicho en un museo etnológico? Representa ese cognición básico que me impulsó a estudiar etnología. Un conocimiento que, en mi opinión, debería vivir cualquiera que trate con otras personas.

– Por supuesto, todos lo adivinan: hay seres humanos masculinos y femeninos, más grandes y más pequeños; unos con cabello rubio, otros con cabello oscuro; hay personas con colores de piel muy diferentes. Pero todos estos aspectos son apariencia superficial. Pues, entre todas estas personas hay algunas que son más alegres, enérgicas y otras que siempre son premeditado, un poco más lentas, hay bon vivantes y coléricos. Pero también valores como la cortesía pueden diferir entre las personas. Para algunos, puede ser educado cuidar de sus contrapartes con el mayor cuidado y atención; para el otro, parece importante darle a su oponente la mayor libertad posible, es decir, no forzarlo en nada, quizás de forma discreta preparar una multitud de opciones posibles, o simplemente esperar los impulsos de su contraparte.

La cultura como base para la acción…

Todavía un poco más adelante en esta dirección hay algo que llamamos nuestra ”cultura“. Nos da una especie de base sobre la podemos actuar. En un imagen plástico, tal vez un tipo de disco que flota libremente adentro de un espacio. Solo los que están en este disco pueden hablar con los demás allí. Una comunicación entre diferentes discos se asocia con un esfuerzo considerable (gritar, por ejemplo), no se excluyen los malentendidos. El imperativo categórico de Kant debería servirnos como una comparación abstracta: así como este imperativo puede representar una base ética para las acciones de un individuo, la ”cultura“ forma la base de una comunidad entera.

Personalmente, esto comprendí cuando regresé a Alemania de mi servicio voluntario en Argentina. Tuve la oportunidad de sumergirme en una cultura extranjera durante un año. De vuelta en Alemania, al ratito me encontré en un nuevo entorno social, sin haber tenido mucho tiempo para reflexionar. Con asombro e incluso con una sonrisa, me sorprendió lo mucho que toqué aquí y allá en ”normalidades“, todavía bastante atrapado en la cultura argentina, que había adaptado más de lo que quería admitir. Déjame dar un ejemplo:

En Argentina, me he adaptado inconscientemente para prestar atención a las intenciones intersexuales de mis semejantes. No es así que es un aspecto demasiado presente o importante; pero para mí, personalmente, esto fue un aspecto especial. En todo caso, me llevé esta atención a Alemania. Ahora había una situación en la que alguien me ofreció que su hija pudiera mostrarme la ciudad. Todavía tenía mis estándares de evaluación argentinos presentes y no entendía esta oferta porque realmente no podía clasificarla, hasta que me di cuenta de mi error. Esta experiencia de que no entendía a las personas (fíjate: no me faltaba el vocabulario o el rendimiento cognitivo), simplemente porque utilicé las bases culturales equivocadas para interpretar lo que se decía. Fue muy impresionante para mí.

A partir de esta y otras experiencias similares, se me hizo cada vez más claro que quería llegar al fondo de este extraño consenso, que llamamos ”cultura“. Hablando de consenso: pues no puede ser un consenso universal, cuando hablamos despectivo de otros como ”atorrante“ o ”vagabundo“, o también cuando hablamos con sentimientos encontrados de personas que manejan sus vidas de maneras diferentes, en palabras eufemísticas o sarcásticas, quizás más libres.

… y la vista emic

Pero también quiero entrar en otro aspecto de la etnología que me apetece. Es el enfoque de la vista emic (emic: desde dentro/desde si mismo, significativo diferenciado; etic: desde el exterior; véase aquí).
Hay personas que llevan una palabra que es especialmente importante para ellos porque a ellos parece ser la clave de la vida. Para mí es la palabra ”percepción“. Me parece concluyente que todo puede ser vinculado a la percepción. Pero déjame volver a la vista emic. Para esto podría probar muchos ejemplos diferentes, gafas de colores, por ejemplo, o incluso la alegoría de la cueva de Platón. Pero me gustaría probar con una experiencia mucho más personal, lo que me gustaría preguntarle imaginarse en detalle, queridxs lectores:

Un experimento:

En el seminario , que cerró el año voluntario, se nos pidió a un grupo de unas doce personas que se sentaran en uno de los lugares marcados uniformemente en un círculo. En el centro del círculo nos presentaron un simple bodegón: una botella de vino, una fruta, gafas de sol y una hoja de haya o de hiedra, eso no me recuerdo exactamente.
Ahora tenemos tiempo suficiente para dibujar esta naturaleza muerta de nuestro lugar. Luego se recolectaron los dibujos, los mezclaron y se nos entregaron al azar. La tarea era encontrar y tomar el lugar exacto donde se había dibujado el dibujo que sostenías en tus manos. Quiero mencionar que no todos en este grupo pudieron dibujar sofisticados. Después de cierta coordinación con los vecinos, pero a corto tiempo todos encontraron su lugar.

Cada una de estas aproximadamente doce perspectivas, a pesar de todos los inconvenientes, era tan individual que se reencontró rápidamente su posición. Sólo desde un punto de vista correcto entonces, la naturaleza muerta se manifestó tal como había sido experimentada, percibida, dibujada. Esa es la perspectiva emic.
Puedes argumentar que cuanto más conocimiento tenes de la plasticidad del objeto delante de ti, puedes imaginar cualquier otra perspectiva a su alrededor. Pero permanecías con una idea, nunca llegarás a una experiencia de exactamente ese punto de vista, si no te tomas la verdadera perspectiva.

Conclusión provisional

Por eso quiero estudiar etnología . Quiero aprender a empatizar con la perspectiva del otro, para poder tomarlo, incluso si está tan lejos de la mía. No necesito esta propiedad solo para entender a alguien de Tanzania o nuestro canciller federal. No, también para mediar entre los costeños y alguien de las montañas o para darte mis ideas con estas palabras bien elegidas.

La segunda parte de la frase

Me tomo la libertad de referirme nuevamente a la cita de Goethe del inicio:

”El hombre es desigual, desigual son las horas“

Así que el hombre es desigual, hasta ahora estamos de acuerdo. Su espacio de acción que le da su cultura le da posibilidades y limitaciones al mismo tiempo, pero no siempre tienen que ser iguales en todas partes. Cada cultura es diferente. Pero ¿qué pasa con la segunda parte de la frase?

desigual son las horas. … la hora es una medida del tiempo hecha por el hombre. Similar a otras medidas, como el metro, la milla, la libra o las numerosas unidades de medida para la determinación de la temperatura. Pero, ¿es eso que Goethe quiere decir usando el termino ”horas“? solo para referirse a la diversidad de las medidas. No. Para nosotros (ante cuyo trasfondo cultural Goethe eligió sus palabras y por lo que ciertamente fueron pensadas) el tiempo también es una medida importante en la evaluación de eventos y experiencias.

Conclusión

Asociado con lo dicho anterior, no solo mi perspectiva es crucial, sino también mi punto de partida, desde el cual evalúo a las cosas. Por lo tanto, la valoración también se produce a partir de una circunstancia (por ejemplo, una unidad de medida) que proviene de nuestra cultura.

Con esta realización, la idea se vuelve redonda, ya que esta cita también es simétrica (artículo y objeto, verbo, adjetivo y detrás de la coma en orden inverso). Porque nuestro pensamiento ahora incluye posición y percepción y que a veces pueden diferir seriamente entre los demás seres humanos.

Etnología, percepción y verdad

La verdad es plástica. Tan plástica como el bodegón de mi ejemplo anterior. Tiene muchas superficies: llanas, retorcidas, redondas y cuadradas. Tiene bordes y rupturas. Y tiene lados oscuros, así como superficies brillantes que brillan en la luz.
Mi deseo es pasar los dedos sobre su superficie un día, tal como lo hacen las personas cuando están frente a un plástico de gran tamaño y tratando de capturar su textura. Ser capaz de hacer eso sería un gran placer y un honor para mí al mismo tiempo.


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